El guitarrista Raul Chuliver interpreta la zamba de Marcelo Ferreyra titulada ZAMBITA PARA LLEGAR.
Marcelo Ferreya fue uno de los más prolíficos autores del cancionero santiagueño. Nacido en 1930 en Santiago del Estero, pasó su infancia y adolescencia en la casa paterna, cerca del Parque Aguirre, la Costanera y el Río Dulce. Cerca de la Avenida Belgrano y de la Plaza Libertad. Los changos de su época solían reunirse a la siesta en el zaguán de alguna casa para conversar y armar competencias de malambo “en patas” (descalzos). Marcelo se destacaba como zapateador, además de ejercer cierto liderazgo natural entre sus amigos. Cuando dejó el terruño “por conocer otros pagos” recorrió casi todo el país. Se casó con la cantora santiagueña Elva Lía Jugo. Las piezas creadas por “Cola e’ Gallo”, con su esposa u otros folcloristas, han sido grabadas por los grandes cantores y muchas de ellas aún son cantadas por todo el país. Marcelo Ferreyra escribió para el Changuito Lustrador, para su vecino El Artesano, para una campesina de Otumpa, para el Cristo del Río... Así, expresando sus sentimientos de chango santiagueño, puso su alma a navegar en el cancionero popular nacional por siempre. Viajando por la vieja Ruta 9, de regreso desde Chauchillas hacia Santiago con Elva, Marcelo le había dicho, al ver el cementerio de Los Núñez, que a su muerte quería ser sepultado en ese lugar sombreado por algarrobos y visitado por pájaros cantores. Cuando el 21 de Julio de 1.992 falleció en Santiago del Estero, la familia respetó ese deseo. A casi diez leguas de su casa natal, descansa quien dijo a todos los caminantes: “...Santiago del Estero es tu ciudad” (Canción para una vieja ciudad, de Marcelo Ferreyra y Elva Jugo). Protagonista fundamental del cancionero argentino, es el autor de: Cuando muere el angelito con Eugenio Inchausti, Cuando el diablo toca el bombo con Carlos Carabajal, La otumpeña con Leocadio Torres, Chacarera para mi vuelta, Corazón de lechiguana y La penadora con Onofre Paz y Changuito lustrador con Leo Dan, entre otros clásicos. En lo de Mariano Paz allá en Santiago del Estero, el vino no sólo dice la verdad, sino que además lo dice cantando y hasta guitarreando. Y con la alegría del canto, si la luna del Canqui Chazarreta quería emborracharse, la de Marcelo Ferreyra parece que hasta quiere ya bailar, agitando su pañuelo al ritmo de la zamba: esta danza singular y poética, a la que hemos querido rendir homenaje con estos comentarios de los temas, que hemos considerado más importantes.
Y este lo supieron cantar siempre los antiguos y actuales Chalchaleros.
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