El guitarrista Raul CHuliver interpreta la famosa zamba de Arturo DAvalos LA SALAMANCA. La Salamanca es una zamba humorística argentina del año 1959, uno de los primeros éxitos de Los Fronterizos, y una de las últimas canciones de Arturo Dávalos. La zamba describe una fiesta campesina nocturna de los diablos, en su cueva. EN LOS AÑOS SESENTA LA ESCUCHABA MUCHO EN LAS RADIOS PORTEÑAS. Salamanca: salamandra de cabeza chata; cueva de brujerías o en donde los diablos residen.Mandinga: el diablo, el brujo. Una criatura monstruosa con una cola.Rococo: anfibio batracio del norte de Argentina conocido como "Bufo paracnemis".Carboncillo: carbonilla. Refiere a leyendas populares sobre flores que devuelven la luz a los ciegos. Carboncillo es un personaje ficticio que, según el mito popular, luce esta flor en el ojal de su saco o chaqueta.Lechuza: ave de mal presagio.Gran tenedor: tridente u horca.Cruz del Sur: constelación celeste que se puede observar en el hemisferio Sur, que varios países llevan en sus banderas. En la tradición de los Inca representaba "una escalera de ascenso y descenso" o "un puente hacia arriba y hacia abajo" entre el mundo terrenal y el mundo de los dioses o los muertos. La bruja probablemente escapa de la Cruz del sur hacia el norte.Quirquincho: armadillo en Quechua, con cuyo caparazón se montan los charangos.Yaraví: género musical mestizo y triste del altiplano.Las noches de luna: el lunatismo es un estado de locura temporal que suele concordar principalmente con la luna llena, y contribuyó a la creencia en la licantropía (hombre lobo). En noches de luna llena, la luna amanece cuando el sol cae y cae cuando el sol amanece, y solo en noches de luna llena pueden ocurrir los eclipses lunares.Arturo Dávalos poeta y compositor argentino, letrista de canciones populares y cultor en versos del género satírico-festivo. NACIDO EL 29 DE ENERO DE 1918, FALLECIO el 5 de diciembre de 1960.Hombre divertido, locuaz, pero de poco carácter, Arturo no supo en algunos casos defender a su creación. Se le fueron así, como agua entre las manos, de madrugada, en ronda de amigos. Pero después de pasar por el conservatorio de Prevot -entre otros maestros- creció, echó ramas, hojas, subió y bajó a su antojo por las cinco líneas del pentagrama, agotó lapiceras, servilletas y tardecitas pulsando las caderas de su vieja guitarra. Arturo creó, fue padre prolífico y sus "hijos" llevaron su nombre. La muerte lo sorprendió muy temprano, el 5 de diciembre de 1960, justo cuando alcanzaba reconocimiento popular por su rica obra musical. Pero más allá de este abrupto corte, podemos decir que Arturo Dávalos -su genio y su ingenio- se regaló a manos llenas y fue inmensamente generoso con el tiempo, que fue tan tacaño con él.
Arturo era un gran lector de clásicos. Leyó a todos los griegos. A los chicos, en invierno, les leía la Ilíada y la Odisea. También se dejó atrapar por Fiódor Dostoievsky, Tolstoy, Honoré de Balzac, Wilde... y tantos más como Giordano Bruno, que era un monje del siglo XVI. Un personaje excepcional que murió en la hoguera, durante la Inquisición, por plantear que Dios está o es el paisaje. Arturo se enamoró de la vida de Giordano Bruno y escribió su famoso soneto `Dios'".
La ironía y la sátira de Arturo Dávalos también sacudieron los pasillos de la redacción de viejos diarios locales. En uno escribía con el seudónimo de "Semillas de Quiscaloro". En otro, firmaba una columna llamada: "Con humor y sin veneno, por Sileno".
No hay comentarios :
Publicar un comentario