lunes, 6 de enero de 2025

AL DEJAR MIS MONTAÑAS - RAUL CHULIVER


El guitarrista Raul CHuliver interpreta la zamba de Polo Gimenez AL DEJAR MIS MONTAÑAS. Compuesta allá por 1950. Raul CHuliver realizó la transcripción y su versión para guitarra en febrero de 1984. E s una zamba que expresa una profunda nostalgia y amor por la tierra natal. La letra describe el dolor de dejar atrás las montañas de Catamarca, un lugar que el narrador considera único y especial. La imagen del arroyo corriendo cuesta abajo y el sonido del agua chocando contra las piedras simbolizan el llanto y la tristeza del que se ausenta, reflejando el sentimiento de pérdida y añoranza por el hogar que se deja atrás. Cuenta Polo Gimenez : <Habían pasado doce años desde mi salida de Catamarca en el año 1947, cuando fui invitado por la Dirección de Cultura de aquella provincia, para ofrecer un recital y una charla sobre mis canciones. Las cosas que sucedieron en oportunidad de ese, mi primer regreso a Catamarca, fueron tan emocionantes que me siento tentado de relatarlas. Pero, quiero que se entienda que no lo hago por vanidad de contar las demostraciones de que fui objeto, sino porque entiendo que es bueno se valore hasta donde puede llegar el poder de una canción. Tomé un taxi para ir desde el hotel en que me alojaba, al teatro donde debía actuar esa noche. Quería probar si el piano estaba en condiciones. El chofer no quiso cobrarme; como yo insistí para que lo hiciera, me dijo: “No, don Polo; como voy a cobrarle si para mí es un placer haberlo traído en mi taxi”. Más tarde me hice lustrar los zapatos con un “lustra” callejeros y tampoco éste quiso cobrarme… Los agentes de policía me hacían la venia, cuando pasaba junto a ellos. Catamarca le brindó a Polo Gimenez todo el paisaje de sus cerros, el vivir de sus pueblitos escondidos entre montañas, que despiertan con el canto del gallo y se duermen con el silbo atardecido del crespín, sus campos labradores, verdes y jocundos, y el vivir sin prisa del hombre pueblerino. Le enseñó su fe sin desesperanza, el esfuerzo del hombre en el trabajo del surco; la alegría de la chaya cuando llega febrero y el trabajo paciente de las teleras se abrigan ponchos de quereres en cada golpe de pala. Y todo lo vio Polo. Y con todo este caudal de recuerdos vino a Buenos Aires, y aquí, ya lejos de Catamarca, sin olvidar su Córdoba natal, comenzó a cantar sus añoranzas. Y así nacieron "El Misachico", "Al dejar mis montañas", "Pinceladas del pago" y cuántas otras. Polo ha hilvanado sus recuerdos con el teclado del piano y ha hecho un historial de la vida provinciana. Polo Giménez, nombre artístico de Rodolfo Lauro María Giménez, (1904-1969), fue un compositor y pianista, intérprete de música folklórica de Argentina, identificado con las provincias de Córdoba donde se crio y Catamarca, donde vivió de adulto. Está considerado como uno de los precursores del boom del folklore argentino producido a partir de la década de 1950. En la segunda mitad de la década de 1950 formó el conjunto Los Musiqueros del Tiempo de Ñaupa, con el Payo Solá (bandoneón), Atuto Mercau Soria (guitarra) y él mismo (piano), con las voces de Pepe Consoli y Abel Figueroa este último también en guitarra.

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