Raul CHuliver , interpreta la zamba de
Atahualpa Yupanqui y Carlos Guastavino ADIOS, QUEBRACHITO BLANCO. Editada por
Ediciones LAGOS y publicada en 1963 para piano. Don Alberto Rodriguez en
Mendoza le obsequiò a Raul CHuliver hacia 1981 dicha partitura y en marzo de 1999, realizó la
transcripción para guitarra.
Decía Yupanqui: “ha llegado el otoño, pintor
de la Pampa. Y sobre la pampa va pasando el viento, desnudando los montes,
emponchando a los gauchos. Los potreros ostentan un lujo de oro viejo en los
chalares, donde la mañana aprende nuevos tonos para su canción amanecida. Una
tarde de marzo, en ese otoño abatieron un quebrachito blanco, un árbol en el
campo, su tronco y su ramazón, ya no te veré mas quebrachito blanco, y en el
cielo tus ramas ya no se dibujarán mas en la tarde.”
El quebracho blanco es una especie arbórea de
la familia Apocynaceae, que habita en el centro de América del Sur. No debe
confundirse con otras especies también conocidas como quebrachos, pero del
género Schinopsis. Es un árbol
alto con ramas péndulas y hojas persistentes, simples, elípticas, coriáceas y
ligeramente espinescente en el ápice. Las flores hermafroditas se disponen en
inflorescencias cimosas, axilares y terminales. Son de color amarillo claro y
desprenden un suave perfume una vez que el árbol está en plena floración. El
fruto es un folículo de 7 a 12 cm de largo que contiene numerosas semillas de
forma alada.
La madera del quebracho blanco es
uniformemente amarillo ocre, sin diferencias entre duramen y albura.
Esta planta se conoce como medicinal desde
tiempos precolombinos. Los jesuitas que acompañaban a los primeros
expedicionarios por tierras sudamericanas hicieron mucho uso de ella para
combatir todo tipo de fiebres. Hasta hace poco se ha usado como estimulante
respiratorio y expectorante y se ha prescrito en caso de bronquitis, asma o
enfisema pulmonar. Otras virtudes medicinales reconocidas son las de
antipirético, antiséptico, tónico, antimaláricos y anestésico.
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