El guitarrista Raul CHuliver interpreta la famosa cueca chilena de Jaime Atria La Violeta y la Parra, tema dedicado a la gran artista chilena Violeta Parra. Jaime Atria Ramírez (Santiago, 23 de febrero de 1919-ibídem, 13 de marzo de 1984) fue un compositor y músico chileno, ganador del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en dos ocasiones: el certamen folklórico en 1961 y el internacional en 1966. Sus versos de cueca campesina explicitaban una gran admiración por Violeta Parra, folklorista que Atria jamás conoció en profundidad (“Y pa' ser la más hermosa / cantando se vino, cantando se fue / Dios le dio voz y guitarra / cantando se vino, cantando se fue”). La trilogía de canciones populares estaba sellada: “Noche callada” (1948), “La consentida” (1961) y “ La Violeta y la parra” (compuesta en 1970).
En 1970 escribió la que sería su tercera canción fundamental: la cueca “ La Violeta y la parra”, que fue preparada en 1971 para la competencia folKlórica de Viña del Mar, en una versión grabada únicamente con guitarra criolla y aquella voz suya insuficiente para un intérprete solista. Cuando fue arreglada para Carlos Villadiego Barrios por la orquesta de Horacio Saavedra, con voces de apoyo realizadas por Gloria Benavides, Gloria Simonetti y Patricia García (de Frecuencia Mod), se convirtió en una pieza maestra, una cueca futurista con filas de bronces, cuerdas e implantes corales pop. Pero fue acusada de plagio y descalificada de la competencia por José Goles (entonces en el jurado del certamen).
Su obra seguiría siendo interpretada y resguardada por sus únicos hijos dedicados a la música, Jaime Atria Rosselot (del grupo Causa y Efecto) y Magdalena Atria (del dúo pop Delisse), la última “consentida”.
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